martes, 28 de diciembre de 2010
SILENCEIT
Oh, toda herida se me torna perfumada,
lo aprendí ya hace tiempo, de los cipreses.
Pues todo lo que eras, y todo lo que hieses…
El arte entregómete bel e inmarcesada.
Entonces trísteme son aquellas tus dicciones,
en que yo alzo mis ojos hacia el aspérrimo
cielo, y maldigo mis estrofas y ficciones,
pues que en tinta sólo queda tu ser probérrimo.
Y verboide me hallo ahora : pesarmente,
la luz a capela sin querer se petrifica…
Ah y es ello inmolación que dignifica,
al hombre que amádote, durmió en tu algente.
Orfeo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario