domingo, 27 de marzo de 2011
SONETO XXVI
En los labios de Cupido yacía
un lepidóptero en que perfumado
bebió del sacro néctar eglogado
y fue su alear muy más oscilante.
No había quién mudara su talante,
allí do todo en Febo se eximía,
ni quién entre sus manos lo incendiase:
su hado era que rehilvanase.
Lo halló Diana, ah y en su encantamiento,
dispuso una crisálida de plata...
y en su estigie por causa de su errata,
no sólo voz, ni luz petrificada,
no sólo llanto de ninfa inmolada,
sino merced de iluminamiento.
Orfeo
CÓMO DECIR DE PRONTO ...
Cómo decir de pronto:
tómame entre las manos,
No me dejes caer. Te necesito:
acepta este milagro,
tenemos que aprender a no asombrarnos
de habernos encontrado,
de que la vida pueda estar de pronto
en el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
a no extrañarnos
de tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
y a no asustarnos
y a estar seguros.
y a no causarnos daño.
Julia Prilutzky
IV
ABRAXA
Como un diamante sobre el terciopelo
de un joyero de ébano sombrío,
abandona tu amor sobre mi hastío
la diamantina claridad de un cielo.
Rugió la tempestad...: muerto de frío,
en ti -jardín en flor- posé mi vuelo,
y te bañó mi torvo desconsuelo,
¡oh lirio! , en vez del matinal rocío.
¡Y ni un suspiro de tristeza exhalas!
y dejas que mi frente pesarosa
empolve con sus pésames tus galas,
¡y que te abrace al fin mi alma tediosa
como crispa un murciélago sus alas
sobre el cáliz fragante de una rosa!
J.J. Tablada
viernes, 25 de marzo de 2011
LOI DU CRÉPUSCULE
martes, 1 de marzo de 2011
ALGUIEN SE SALVA POR ESCUCHAR EL RUISEÑOR
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